Delinquir o morir / Nejlevnější knihy
Delinquir o morir

Kód: 20045823

Delinquir o morir

Autor GLORIA ROMAN RUIZ

Aquel día de 1940 brillaba el sol en la capital granadina. No era unsol abrasador, pero aportaba una inmensa luz. A media ma?ana, latemperatura era realmente agradable. Era uno de esos primeros días deprimavera en que la ciudad in ... celý popis

507

Dostupnost:

50 % šanceMáme informaci, že by titul mohl být dostupný. Na základě vaší objednávky se ho pokusíme do 6 týdnů zajistit.
Prohledáme celý svět

Informovat o naskladnění

Přidat mezi přání

Mohlo by se vám také líbit

Dárkový poukaz: Radost zaručena

Objednat dárkový poukazVíce informací

Informovat o naskladnění knihy

Informovat o naskladnění knihy


Souhlas - Souhlasím se zasíláním obchodních sdělení a zpracováním osobních údajů k obchodním sdělením.

Zašleme vám zprávu jakmile knihu naskladníme

Zadejte do formuláře e-mailovou adresu a jakmile knihu naskladníme, zašleme vám o tom zprávu. Pohlídáme vše za vás.

Více informací o knize Delinquir o morir

Nákupem získáte 51 bodů

Anotace knihy

Aquel día de 1940 brillaba el sol en la capital granadina. No era unsol abrasador, pero aportaba una inmensa luz. A media ma?ana, latemperatura era realmente agradable. Era uno de esos primeros días deprimavera en que la ciudad invitaba a sus habitantes a echarse a lacalle. Ese a?o, sin embargo, era diferente. Algo había cambiado parasiempre en las vidas de todos los espa?oles.La céntrica plaza de Bib Rambla no era ajena al bullicio que reinaba a esas horas en Granada. Salpicada por las sombras de los tilos, porentre cuyas hojas se filtraban como chorros de agua los rayos de luz,y por sus características farolas de cuatro brazos en las que se daban cita los desocupados y los desconocidos, acogía en sus flancosnumerosos puestos de venta que dejaban en el centro la popular fuentede los «Gigantones», trasladada hasta aquí este mismo a?o desde suanterior ubicación, el Paseo de la Bomba.Bajo la inconclusa torre de la catedral, se desplegaban peque?os ymodestos puestos de venta de flores, ropa y fruta, sobre todo deplátanos procedentes de la vega granadina, cuyos regentes esperabanatraer a alguno de los transeúntes que a esas horas vagaban porallí.Entre aquella masa humana, una mujer que llevaba a su peque?o enbrazos mientras cogía de la mano a su otro hijo, que empezaba aarticular sus primeros pasos, un se?or algo relleno y con barbaimpecablemente vestido con traje claro, corbata y sombrero, un par desoldados uniformados y armados que parecían ir de paso, una criadaenviada por la se?ora de la casa a hacer los recados domésticos, unase?ora que posaba divertida ante la cámara fotográfica de un jovenbajo la atenta mirada de su esposo, o dos mujeres con faldas pordebajo de las rodillas que habían sacado a pasear sus cestas vacíascon la esperanza de poder echar algo en ellas. Todos ellos fueroninmortalizados por el objetivo de la curiosa cámara de Manuel TorresMolina .En uno de los flancos de la plaza, dando la espalda a la catedral,emergían las figuras masculinas de dos vendedores de la calle,discretos aunque no ocultos, que exponían al público viandante susmercaderías, dispuestas en no más de una docena de cajas de cartón que se desplegaban sobre la acera empedrada. Conformaban el géneroencendedores, piedras de ignición, tabaco, papel de fumar y otrosproductos no demasiado fáciles de encontrar en aquellos tiempos. Todocuanto tenían se concentraba en aquellos pocos metros. Uno de losvendedores, sentado en una silla, calzaba alpargatas y lucía reloj enla mu?eca, mientras su compa?ero, en cuclillas, se dejaba la vozgritando los precios.Frente a ellos, un hombre con borsalino parecía llevarse las manos alos bolsillos en busca de alguna moneda, mientras una ancianaarrodillada, de riguroso luto y pelo recogido en un alto mo?o,acomodaba cuidadosamente en su cesta las cajetillas de tabaco queacababa de adquirir de forma fraudulenta. Probablemente no habíafumado en su vida. E incluso puede que tampoco lo hiciera ninguno desus hijos y que hubiera comprado los cigarrillos para revenderlossueltos con la esperanza de obtener una peque?a ganancia con la queacallar los rugidos del estómago. Un joven en camisa de manga cortaobservaba atento sus movimientos.Lo descrito no es más que la interpretación de la sugestiva imagen que abre este libro, con la que bien podría corresponderse. Lafotografía, tomada en la plaza de Bib Rambla en algún momentocomprendido entre los trágicos a?os de 1938 y 1940, capta un instantede la cotidianeidad granadina. Cada uno de estos rostros, ajenos alobjetivo de la cámara que los inmortalizó, nos cuenta una historia, en ningún caso extra?a al amargo sabor dejado por la guerra. Susexperiencias de vida bien pudieron ser las de los protagonistas deeste libro.Si nos distanciamos un poco de la imagen, la historia podríaproseguir, sin perder un ápice de verosimilitud, con la detención dela anciana en su misma calle, a tan sólo unos números de alcanzar elportal de su casa. «Alguno de esos que había en la plaza me hadenunciado», podría haber pensado la mujer. Pudo ocurrir incluso quealguno de sus vecinos le prestase el dinero para pagar la multa,librándola con su solidaridad de ingresar en una de esas lúgubrescárceles franquistas de las que había oído hablar. ?Dejaría de acudiral mercado negro tras el escarmiento?El relato aúna varios de los elementos vertebradores de este libro: la venta ilícita en una céntrica plaza de la capital granadina a plenaluz del día, el protagonismo de los rostros femeninos en lasactividades estraperlistas, la denuncia entre individuos iguales, o la solidaridad dentro de la comunidad ciudadana.

Parametry knihy

Zařazení knihy Knihy ve španělštině Historia

507

Oblíbené z jiného soudku



Osobní odběr Praha, Brno a 12903 dalších

Copyright ©2008-24 nejlevnejsi-knihy.cz Všechna práva vyhrazenaSoukromíCookies


Můj účet: Přihlásit se
Všechny knihy světa na jednom místě. Navíc za skvělé ceny.

Nákupní košík ( prázdný )

Vyzvednutí v Zásilkovně
zdarma nad 1 499 Kč.

Nacházíte se: